Qoyllorrity

La primera vez que fui al nevado de Ausangate fue en el 2012, aún vivía en la Amazonía peruana y acompañé a los Qhapac Qollas de Puerto Maldonado en el mes de septiembre. En aquella oportunidad fui bautizado por el alcalde de la danza dándome tres golpes con un látigo de tres puntas y pronunciando las siguientes palabras: Dios Yaya, Dios Churi, Dios Espíritu Santo (Dios Padre Eterno, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo). En ese entonces asumí el compromiso de regresar en otras dos oportunidades para saludar al Señor de Qoyllorrity.

Las fotos pertenecen a la segunda visita realizada en junio del 2018, acompañado por dos amigos que acaba de conocer un día antes de la peregrinación. Comenzamos a subir desde Mawayani, Provincia de Quispicanchi a media noche, el frio se hacía sentir y nos preparábamos para 5 horas de caminata a 4 mil metros de altura hasta llegar a los pies del nevado, donde se encuentra el Santuario a 5 mil msnm.

Después de muchos esfuerzos por causa de la altura y el frio, llegamos a eso de las 5 de la mañana, montamos el campamento y nos fuimos a comer una sopa para abrigarnos y después dormir. A las 7 de la mañana me levanté para comenzar a fotografiar, la cabeza era una bomba que quería explotar y cada vez que me agachaba al levantarme la sensación de la puna (mal de altura) era terrible.

Esa gente camina, corre, canta y danza como si estuvieran a nivel del mar, tienen una capacidad increíble, suben cargados hasta no poder más y cuando llegan, danzan ofreciendo todo lo que tienen al Señor del nevado. Durante el día fotografié en condiciones de poco sueño y cansancio. A las 10 de la mañana fue la misa principal y una vez terminada comenzamos el camino de regreso. La gente del lugar al terminal los ritos andinos en el nevado se regresan por las montañas en una caminata de 24 horas hasta llegar al pueblo de Ocongate, donde la comunidad les espera con comida y música. Evidentemente yo no tomé ese camino, no tenía las condiciones físicas y no sé si algún día las tendré.

Hay muchas historias detrás de esta peregrinación, el mundo andino es un sincretismo difícil de descifrar, lleva muchos años comprender la experiencia de fe que se vive en medio de los Apus (dioses) de las montañas. Aún me queda una peregrinación más por hacer al Santuario del Taitacha Qoyllorrity.

Quién sabe cuando volveré a encontrar al Dios de la nieve resplandeciente.

Nomadicfaces Mao